miércoles, 20 de febrero de 2013

He vuelto... para sentir en la palabra de otros mi propio infortunio.


¿Quién no ha sentido alguna vez la necesidad de correr, de romper con todo, de huir, de hacerse un ovillo con el solitario deseo de que el tiempo pase?
En días me busco, en días me encuentro y en días me suicido.
No me he movido pero no estoy donde estaba, y quiero saber si soy verdad o si me engaño.
A veces camino solo, a veces la soledad me acompaña.
A veces me río de mí, a veces la risa soy yo.
A veces hablo pero no escucho, a veces escucho pero no puedo hablar. 
A veces me callo y mi conciencia me escupe venenos de a cincuenta céntimos la garrafa.
Y todo, todo porque a veces quiero ser yo, pero a veces me niego. 
Y entonces, entonces sufro. Sí, sufro; y mi corazón, hecho papel y lapicero escribe renglones desesperados, mis ojos lloran arena, mi alma huye perseguida por mí mismo, mi sangre acaricia la esperanza y al tocarla se hace costra. Busco mis manos para protegerme pero son de humo, un humo podrido, desdentado y yonki.
Y todo porque a veces quiero ser yo, pero a veces me niego.
A veces no sé quien soy, pero esta noche sí.

Vivo en una duermevela.
“Hovik.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario